Abrir una jornada profesional siempre tiene ventajas e inconvenientes. Ser la primera impone respeto, porque debes dejar el listón alto para contribuir a las buenas expectativas del público asistente. Abrí, inspiré y brillé en la primera jornada porque creé sintonía entre la pasión y la profesionalidad y así, todo juega a tu favor. Solo decirte que terminamos la sesión bailando y disfrutando de la vida y de nuestro empoderamiento femenino.
Ser ahora emprendedora me ha motivado a preguntarme qué es una persona emprendedora, porque no todas estamos dentro del capítulo de empresas. Si en definiciones oficiales se asocia a la idea de asumir un riesgo, etimológicamente hablando, la emprendeduría, que proviene del francés entrepreneur, se vincula a comenzar a hacer algo que es difícil o que es nuevo, por lo tanto, iniciar una decisión y un compromiso, para crear y promover una idea afín a un proyecto.
En resumen, la capacidad que tiene una persona para alcanzar un sueño haciendo un esfuerzo adicional y salir de la zona de confort. Sin duda, es alguien que se plantea un reto y abraza la incertidumbre mientras se lanza a hacer una combinación interesante de elementos, como el entusiasmo por la curiosidad y por hacerse preguntas, y así provoca más ideas sobre lo que me ha inspirado y encontrar más oportunidades para que tu sueño se cumpla.
Adelante las atxes! (término en catalán que significa "hachas" o mujeres fuertes)