Recuerdo la primera noche que dormí en Platja d'Aro. Fue en el Hotel Aromar con otra pareja con la que habíamos ido a celebrar la verbena de San Juan. Por temas profesionales hacía años que yo conocía a Jordi Comas, pero ese día conocí a su señora, Carme Hospital, que fue muy amable, nos hizo una atención especial y pudimos disfrutar de algún privilegio. El aspecto más comunicativo y de relaciones públicas lo lideraba él, porque ella era mucho más gestora, y coordinaba tanto los temas de administración y de finanzas como la felicidad del equipo humano. Todo esto convirtió a la pareja en un equipo exquisito para abordar el negocio de la restauración, primero, y el de la hostelería, después, justo al inicio del desarrollo turístico en el municipio de Platja d'Aro. Toda una vida creando experiencias para el cliente y ofreciendo hospitalidad, generosidad y amor en la Costa Brava. Elegante, discreta, responsable y una persona excelente, que siempre dice las palabras justas, las necesarias, con la intención de no decir lo que no toca ni de herir a nadie.
Es observadora y cuida hasta el mínimo detalle de cada uno de sus hoteles y restaurantes, y lleva el valor de la gratitud en cada una de sus palabras, ahora que tiene que hacer más discursos y presentaciones como presidenta de la fundación que da nombre y tributo a su difunto esposo. No es ningún secreto que la vida cobra injusticias a quien no las merece y, desafortunadamente, conocemos el relato de lo que nunca debería haber pasado. Pero al hablar de ella, ahora que la conozco más, y que la vida social y profesional actual me la ha hecho más cercana, solo puedo decir que su nobleza es alta, que su valentía es envidiable, que se ocupa de todo lo que puede y que siempre tiene una palabra amable, una mirada de empatía y una respuesta para ofrecer sin esperar nada a cambio. Una mujer que lidera un proyecto empresarial familiar y, a la vez, ha tenido que transformarse en una hermosa mariposa y liderar su vida con nuevas situaciones, más difíciles y más complicadas. A pesar de todo, sigue empujando hacia adelante y es un buen ejemplo de mujer, de superación, de crecimiento personal y de sabiduría. Aquella capacidad de trabajo, aquellas ganas de crear puentes de diálogo entre las diferentes administraciones y aquel gran cariño hacia las Gavarres y hacia nuestro mar son valores que él te hizo compartir y que tú has multiplicado por tu excelencia humana que alberga tu capacidad de trabajo, tu voluntad de encontrar consensos, tu cultura del esfuerzo, tu fortaleza y tu resiliencia, tu dulce humildad y tu amor por la vida. Yo te haría sin duda hija predilecta por tantas décadas de ilusión, de productividad y de enamoramiento hacia el pueblo. El novelista y dramaturgo Alexandre Dumas escribió que "los seres queridos que perdemos no descansan bajo tierra, sino que los llevamos en el corazón”, y tu sabes, mi querida Carme, que es así. Un abrazo de gratitud por todo!