Me hablas de ti, de qué te hace feliz y te escucho.
Escucho con la máxima empatía, para sentir lo que tú estás sintiendo, desde la ternura que significa el pacto de la sororidad. La comunicación es compartir emociones, y tengo ganas de saber qué me quieres explicar, qué te mueve por dentro y así saber cómo te puedo inspirar. Cada palabra que me digas refleja las emociones que estás sintiendo y el rumbo que debemos seguir, si temas más personales o más profesionales.